Víctor y María fueron los protagonistas de un día cargado de emociones, un día que guardaran siempre en su recuerdo.
María estaba preciosa, sobria y elegante con un vestido de Carrion y nada fue capaz de quitarle la sonrisa de la cara, ni siquiera la lluvia a su llegada a Santa Engracia. Y es que… ya lo dice el refrán «novia mojada, novia afortunada»
Como no podía ser de otra forma, las bicicletas cobraron protagonismo en un día tan especial, ya que ambos son unos apasionados de las fixies, es decir bicicletas de piñón fijo. Una decoración en Casa de Las Hiedras que giró en torno a los viajes y las bicicletas y unos profesionales como weddinfocus que supieron captar a la perfección un día inolvidable.
Gracias por regalarnos bodas especiales y momentos únicos.
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