Ellos viven hace tiempo en Madrid pero a Marga le hacía especial ilusión casarse en el pueblo que la vio corretear de niña, así que allí fuimos.
Un ceremonia preciosa en la misma Iglesia donde tomó su comunión y una comida y posterior fiesta en Villa Santa Ana.
Elegancia, sobriedad y un toque moderno para una boda preciosa con una novia que nos dejó boquiabiertas y emocionadas al verla bajar del coche y un novio que lo dio todo en un baile nupcial al ritmo de Backstreet Boys.